Quinta Sesión: Hace más de mil años...
Esa tarde teníamos una noticia importante: ¡Iríamos a la feria de las Ciencias de Sevilla! Tras contar la noticia y digerirla emprendemos el camino por el Paseo de la Llaná hasta el castillo. Accedemos a él por el callejón del castillo, al pie de la imponente almena "gorda". Por el estrecho pasillo subimos hasta la puerta donde José María, el responsable de la empresa de turismo que gestiona la entrada, nos permite el paso.
Una vez dentro nos damos una vuelta por el patio de armas y enseguida, para que el guía pueda trabajar con los visitantes hacemos el primer juego de la tarde: "Sabaha Layur" De origen musulmán, se hace un círculo con un montón de piedras en el centro colocadas una encima de la otra. Divididos en dos equipos, uno protegerá en círculo y otro intentará, con un zapato (en nuestro caso era una pequeña pelota), derribar el montoncito de piedras sin pisar el círculo ni tocar a un atacante.
Ahora paseamos y vemos que el castillo no tiene un origen musulmán solamente, sino que está construido sobre restos de un poblado argárico y también de otro asentamiento romano como el que vimos la semana pasada. Podemos observar como existían dependencias dentro del propio castillo y aprendimos que allí habitaban los bereberes. Un poco más adelante llegamos al alcazarejo, construido por los cristianos como una segunda protección. Desde allí encaramos las escaleras de la torre del homenaje, que los bañuscos llamamos almena gorda. Allí, en la dependencia de la torre vimos la importancia que tuvo nuestra fortaleza dentro de la batalla de las Navas de Tolosa y conocimos la leyenda que "anda" por estas tierras que narra cómo Dña. Berenguela dio a luz en esa misma habitación a su primogénito, Fernando, que posteriormente reconquistaría el castillo con el título de Fernando III, el Santo. Desde arriba disfrutamos de las estupendas vistas.
Antes de salir, nos enteramos que, entre otras muchas cosas, también estamos en un plató de cine porque aquí se grabó la película de "El capitán trueno y el santo grial"
Después de merendar empezamos a ver el castillo por fuera. Aunque tenían mucha prisa por construirlo y para ello emplearon materiales que les agilizara la tarea como la tabiyya, el exterior estaba decorado con formas geométricas y cenefas. También imitaban grandes piedras con fin de protección. Observando, como estamos aprendiendo a hacer, con detenimiento las piedras vimos que hay restos de esas cenefas y descubrimos la famosa flor en una de sus torres.
Ahora pasamos a jugar a otro juego de origen musulmán: "Sassaba" Consiste en hacer un corro en el que los niños saltan por encima de los otros mientras dicen los días de la semana. ¡Lo complicamos un poco más poniendo un zapato encima de la espalda de cada niño!
Por último, otros de los juegos más populares en la época musulmana, eran los de puntería. Así que con unos materiales de reciclaje y un globo nos sentamos a construir nuestro propio tirachinas. PAra ello cortamos la parte de arriba de una botella, cortamos un globo por la boquilla y lo enganchamos en la botella pillándolo con la boquilla que habíamos cortado.
Mientras hacemos esto escuchábamos la leyenda tradicional de Baños de "Las dos hermanas" ¡Os la dejamos más abajo para que también vosotros la disfrutéis!
Dejamos también una información más completa del castillo recopilada de varias páginas:
El Castillo de Burgalimar recibe su nombre del árabe Bury
al-Hamma, que significa "Torre de los
Baños". Es una fortaleza musulmana construida en el siglo X sobre el cerro del
Cueto que domina nuestro pueblo.
Tradicionalmente se dice que las construcciones del castillo
comenzaron en torno al año 968. En el siglo XI, tras el
hundimiento y la separación del Califato de Córdoba en múltiples reinos de taifas, el castillo atraviesa períodos difíciles. Se convierte en
objeto de continuas y feroces luchas entre musulmanes y cristianos, que
ven allí una pieza clave para acceder a Andalucía. Fue en el año 1225 cuando el rey Fernando III
(dice la leyenda que nació aquí en Baños de la Encina) lo conquistó definitivamente
para el reino de Castilla.
Tras las últimas investigaciones,
el castillo se data en el año 1147. También sabemos que anteriormente a la
construcción musulmana, había emplazamientos romanos o incluso de la edad del Bronce ya
que las excavaciones arqueológicas realizadas en el interior de la fortaleza,
han puesto al descubierto restos de uno o dos recintos amurallados que evidencian
esto. Por eso, el nombre de Baños, podría proceder de “Banios” que significa
“piedras muy antiguas”, y que castellanizada la expresión declinara en Baños.
El castillo de Baños de Encina se levanta sobre una pequeña
colina rocosa que le permite dominar el pueblo y, por tanto, todo el paisaje
que le rodea.
Tiene una forma oval ,
con catorce torres cuadrangulares de
igual altura sobrepasando apenas la de la muralla. La única torre diferente
es la torre del homenaje (también
llamada almena gorda), sería edificada en el siglo
XV, y constituye en realidad una modificación cristiana
de una de las torres originales. Esta torre, imponente, que resalta sobre las
otras por sus dimensiones, no es característica de la arquitectura musulmana
hispánica, sino que responde a características cristianas. Además de la torre del homenaje, en época
cristiana, se construye un alcazarejo o pequeño fortín dentro de los muros del
castillo. Existía un torreón imponente rodeado de una muralla interior, unida al
recinto exterior por dos lienzos de pared. De esta obra, que dividía en dos
partes la plaza de armas, sólo quedan las bases del fortín y fragmentos de una
de las paredes de defensa. Por eso, se decía que el que conquistara el castillo
habría de hacerlo dos veces.
Las murallas rodean el patio de
armas, en el que se halla un aljibe, (un aljibe es
un lugar destinado a almacenar agua de lluvia), cubierto por una bóveda de medio cañón, y que está dividido en dos naves
separadas.
Los materiales de construcción son bastante sencillos. La
materia prima es una mezcla denominada tapial o tabiyya, que está hecha a base de arcilla, arena, cal y piedra
cruda, con la que se confeccionaron los ladrillos que finalmente irán
superpuestos unos sobre otros. La cal garantiza la robustez del edificio. Esta
técnica responde a la necesidad básica de levantar con rapidez las
fortificaciones, y explica el color específico del recinto, el rojo. Pero
antaño estaba pintado, simulando grandes ladrillos y adornado con cenefas de
flores o formas geométricas. Sólo la torre del homenaje, más tardía, se
construyó con otros métodos, siendo edificada en piedra con un estilo que se
asemeja más al de las fortificaciones góticas.
Durante
la invasión napoleónica,
en el siglo XIX, las tropas francesas se
apropian del castillo, que sufrió las consecuencias de su ocupación, y desde
entonces hasta 1928,
el patio del castillo serviría de cementerio parroquial.
Como datos curiosos decir
que es uno de los castillos mejores conservados de toda al-Ándalus. Sus muros de tabiyya o
tapial son la mejor muestra de arquitectura militar andalusí de toda Europa. A
lo largo de la historia, este castillo ha servido como refugio de guerreros
hasta estancia real o cementerio parroquial, incluso de plató de cine de películas
como “El capitán Trueno y el Santo Grial”
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